Introducción
Tras estrenarse el 1 de marzo de 2012 en el Teatro Calderón de Valladolid, Celestina, la tragicomedia de Atalaya ha cosechado un gran éxito en las numerosas ciudades en las que se ha representado. Destaca su paso por el International Theatre Festival “Podmoskovnyye Vechera” de Moscú el 11 de octubre de 2016. Allí la compañía Atalaya obtuvo con Celestina, la tragicomedia el Premio al Mejor Espectáculo. Además, el día 13 del mismo mes actuó en el XXV Festival Don Quijote de París.
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La Celestina se escribe durante el reinado de los Reyes Católicos, en pleno cambio de época histórica, cuando la Edad Media da paso al Renacimiento con todas las transformaciones políticas, sociales y económicas que conlleva. Con esta obra se inicia el Siglo de Oro, de hecho la Tragicomedia – que contiene un añadido notable al texto de la Comedia inicial – se publica a comienzos del siglo XVI. Se trata de la segunda obra literaria en importancia escrita en lengua castellana, tras el Quijote, y por tanto la cumbre de nuestra literatura dramática. Su influjo en el teatro europeo fue muy notable, así como en la novela de lengua castellana. “Nunca antes se habían pintado hombres, acciones, tiempos y lugares con tanta fidelidad a la vida real como en la Tragicomedia. Pero al tiempo, Rojas, rehúye el calco de lo cotidiano y busca lo verosímil enriquecido artísticamente. Maneja un instrumento estilístico de múltiples registros”.
Su temática y buena parte de su estructura resultan rabiosamente actuales. “Posee un carácter netamente moderno: El gusto por las novedades y las innovaciones, la importancia que se da al dinero y las nuevas relaciones sociales, la mentalidad y un ambiente ideológico insólito para la época”. A ello habría que añadir la tremenda modernidad de una Melibea rebelde, insumisa y lúcida, presa de una pasión arrolladora que nada tiene que ver con las doctrinas del amor cortés o de las buenas costumbres feudales o burguesas, que no quiere marido, ni tutelaje alguno, dueña de su propio destino, que planifica metódicamente, incluso el suicidio. Una figura que durante siglos se ha querido disfrazar de ingenuidad meliflua y falta de personalidad, más convenientes para la visión conservadora de la mujer, y que forma parte de la galería de personajes femeninos inolvidables de la literatura castellana.
Otro elemento muy actual es el insólito tratamiento que otorga a la religión. En aquel tiempo ya se había resquebrajado el mundo medieval que creía en una ordenación creada por Dios; pero todavía no se había instaurado la regla de que la idea religiosa estuviera presente en toda creación artística, como sucederá en el Siglo de Oro. La religión se descarta y se anula. Los personajes parecen carecer del sentimiento del pecado y de creer escépticamente en la Fortuna, como destino. Ningún dios heredará las consecuencias de los actos de los personajes; ningún dios escuchará las últimas voluntades de Melibea ni las imprecaciones de Pleberio, dos monólogos que tienen la fuerza de la tragedia griega y la contemporaneidad en su esencia de un Heiner Müller.
La Celestina representa un instante de libertad, de laicismo, propio de los momentos de grandes transformaciones históricas, donde los personajes viven intensamente cada instante: el “aquí y ahora”. Por algo fue acusada en la Inquisición y en la dictadura franquista de “ateísmo, nihilismo y materialismo”. Resulta terriblemente contemporáneo que los personajes aparezcan dominados por el presente, por la prisa y la impaciencia de vivir, y lo que es más importante, de vivir intensamente. Todos ellos se plantean dilemas constantes ante encrucijadas peligrosas, lo que le transmite al espectador una constante tensión dramática y sorpresa. Son hasta 7 conflictos que se plantean, muy diversos entre sí, lo que aumenta la riqueza y el valor de esta obra única.
Equipo Artístico
Equipo
- Música: Luis Navarro y temas populares
- Dirección coral: Esperanza Abad a partir de las propuestas de los actores
- Vestuario: Carmen Giles
- Espacio escénico y escenografía: Equipo de actores de Atalaya
- Realización de Escenografía: Talleres Factoría La Fragua y Enma Blanco
- Maquillaje y peluquería: Manolo Cortés
- Video: Félix Vázquez
- Fotografía: Luis Castilla
- Diseño de luces y coordinación técnica: Alejandro Conesa
- Grabación – edición de música y técnica: Emilio Morales
- Mantenimiento y realización de utilería: Sergio Bellido
- Contabilidad: Rocío de los Reyes
- Distribución: Victoria Villalta
- Producción y comunicación: Mª Paz López
- Ayudante de dirección: Sario Téllez
- Dirección y dramaturgia: Ricardo Iniesta